martes, 23 de febrero de 2010

Baldosas Flojas

2 comentarios:

  1. Don Yuyo, no avistar al perseguidor no quiere decir que no la haya, y ojo, que un par de cuadras de ventaja se desperdician en cualquier distracción dominguera o siesta con perfume a laurel.

    Al mismísimo Superman le pasó.

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  2. Estoy acá, al fresquito de la sombra, debajo de un árbol, con mi incapacidad para se escueto leyendo su comentario... y me corre un escalofrío por el espinazo. Ese escalofrío acompaña al hombre desde siempre cada vez que se busca recrear una visión mas clara de este mundo. Mundo donde el hombre como bicho es sólo una pequeña pieza con la posibilidá de olfatear apenas la visión que la totalidad encierra.
    Siempre aparece alguien para decir: ¨cuidado!¨, ¨no te duermas!¨ ¨no bajes la guardia!¨, ¨tené el facón a mano por las dudas, uno nunca sabe¨.Mirá que nos están observando y en cualquier momento zacate! Siempre en pie de guerra...
    Yo sé, aunque no lo conozco, que esas palabras suyas llevan encerrados concetos viejos y abichaos, apestados hijos del temor de hombres muertos antes de estar muertos, hablando a través de la memoria colectiva y que, de apoco, empieza a lavarse con las precipitaciones que no sólo el cambio climático trae .

    Una cosa es estar atento y otra es estar paranoico.
    Distraerse de una cosa es concentrase en otra.
    Superman no existe y Larralde vuela.

    Y mijo... los únicos laureles que yo conozco, en dosis justas, aumentan el apetito, estimulan la digestión, eliminan los gases, fortifican el estómago, tonifican el sistema nervioso, alivia las afecciones paralíticas ademas de ser útiles como sudoríficos y expectorantes.

    Con gran afecto, respeto y cariño al desconocido,

    YUYO PERENNE.

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